Te encuentras en el epicentro del mundo. Rodeado de arboles en sombras, en mitad de un claro circundado por pinos. Una forma de altavoz perfectamente natural. El mundo es conductor de una orgia de vibraciones sonoras que acarician tu ropa. Todo el firmamento encuadra tu figura en un entramado caotico y perfecto.
En mitad de la noche, unas persianas blancas se iluminan y alguien te mira tras ellas. Tu devuelves la mirada con complicidad. Un guion meticuloso parece encadenarlo todo.
Sin darte cuenta, el mundo bosteza y te revela un amanecer atómico que hace hervir la sangre de tus venas que ahora sientes vivas. Y tu miras alrededor, como si no pasase nada, y te guardas el secreto. Sólo para ti.
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4 comentarios:
Me recordó al amanecer apocalíptico que me comentaste en Granada (festimad).
Hay momentos que se quedan ahí agarrados y hay que intentar plasmarlos como sea. Muy bien hecho. Un abrazo amigo
él no lo sabe pero me gusta mirar cómo se aleja, por las rendijas que la persiana dibuja en mi cuerpo.
Joder Blis, me ha encantado!!!
es muy bueno!!!
vibra
el azar lo encadena todo
es como el filo de una navaja
revuelve la sangre
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