miércoles, 15 de julio de 2009

La calle de la dulce mentira

Desde la calle
de la dulce mentira
surgen callejones de olores dulces.
Las farolas desprenden
sombras
que cubren
verdades como cielos despejados
y los regalos
aun envueltos
yacen en la basura

En la calle
de la dulce mentira
las santas se visten
de putas
y cobran lagrimas
a alto precio
Todo el mundo
vende su exclusividad
y los compradores
se tapan lo ojos
para ignorar el engaño

No se puede vivir
en la calle de la dulce mentira
sin saber leer entrelineas
y queriendo encajar palabras a golpes
para crear algo bonito

Y es que
aunque lo consiguieras
nunca podrias arreglar
la decadencia de las piezas con las que lo formas
y por eso
en la calle de la dulce mentira
abundan los cascotes
de amores que nunca existieron

4 comentarios:

Roberto Tega dijo...

"No se puede vivir
en la calle de la dulce mentira
sin saber leer entrelineas
y queriendo encajar palabras a golpes
para crear algo bonito"

Lo que tiene la mentira es que se le ve el plumero por todos lados. Y lo peor es que nos tiene totalmente acostumbrados (los compradores
se tapan lo ojos
para ignorar el engaño
. Asquito de sociedad...)

Un abrazo

info@alkorkonita.com dijo...

los compradores, se tapan los ojos; los que pasan, se tapan los ojos; los que lo saben pero no pasan, se tapan los ojos; los que lo persiguen, se tapan los ojos para no encontralo y se hacen los despistados; y los que gobiernan por un mundo mejor, se tapan los ojos y se aseguran que todos estemos tapados.

Yo creo que estos últimos cierran el circulo, siendo a su vez los primeros.

Si señor un circulo vicioso que se repite desde tantos años como tiene el ser vivo más "inteligente" del planeta.

Shang Yue dijo...

pero existe la belleza en esa calle de la dulce mentira?

qué me dices de los cascotes?

Anónimo dijo...

verdades como cielos despejados
y los regalos
aun envueltos
yacen en la basura


sociedad de kleenex
de fast
-pero contigo- good sex
callejones no sé si dulces
terminan en plazas
donde celebran botellones
y bares donde todavía
nadie vende nada
te regalo mi mirada
con el color del vino en mis labios
sabor a tus palabras
aún suspendidas
en el aire
el micro no miente
el micro escupe en caliente...