Diario Granaino: De socialista a obrero hay agujetas de por medio

Tras meses medigando empleo he conseguido un pequeño respiro. Un trabajillo temporal cargando muebles en la obra de un hotel. El dia comienza bien, llegamos y hablamos con el jefe, un tio majo. No hace demasiado frio. Solo un problema, el camion no aparece. Nos dice que ayudemos a los carpinteros. El encargado es un tipo de metro y medio que tartamudea. Nos manda subir unos tablones por las escaleras al cuarto piso. Cuando llevamos media hora haciendolo vemos que lo de que subamos tablones es algo asi como una fijacion del personaje. Realmente no sirve para nada subirlos, incluso le echan la bronca porque los subamos. Pero el sigue mandandonos subir tablones. Por fin se agotan. Paramos. Hablamos de todo un poco, esperamos al camion, que sigue sin aparecer. No nos sentimos mal porque la gran mayoria de los trabajadores solo se pasean con las manos en los bolsillos.Llega el camion. Comenzamos a bajar taburetes. Guay. Nos hacen transportarlo sobre una zona donde un tablon es lo unico que evita que caigamos en un socabon de alrededor de dos metros y medio. Prestamos atencion con cierto acojone. Seguimos descargando, mesas pequeñas, luego medianas, tambien grandes. La cosa se complica, las medianas y grandes tenemos que llevarlas dos personas. Como somos tres tios nos organizamos y el que se queda solo lleva mesas pequeñas. Lo que comienza siendo una solucion versatil acaba siendo un mamoneo para ver cual de los tres es capaz de hacerse con la mesa pequeña y evitar las medianas y grandes. Por fin terminamos, no ha sido para tanto. Tenemos hora y media para comer.
Cojo mi mochila y lleno de polvo y serrin me dirijo a un restaurante la mar de pijo. Mis compañeros de piso han organizado una comida para despedir a uno de ellos. Antes de entrar, me quito la sudadera llena de mierda y me pongo una chaqueta fina que guardo en la mochila. Entro a un bar y me lavo la cara y los brazos con jabon. Por fin entro al restaurante y me viene a la mente la tipica escena en la que la adolescente rebelde sale de casa arregladita y formal y se quita la ropa en plan guarrilla cuando sale a la calle. La comida, increible.
Al terminar salgo camino a la obra. Cuando llego me encuentro con el siguiente paso. Subir los muebles a las habitaciones del 4º, 3er y 2º piso. Comenzamos con los taburetes y luego las mesas medianas. Cuando llegamos a las medianas no podemos mas. Cada mesa es un desafio. Me encuentro pensando en el relato "Kid Stardust en el matadero" de Bukowski. Cada jodida mesa es un reto, la subimos esquivando mesas de carpinteros, tablones, escombros y cristaleros. Mis manos palidas y blandas de chico de la city de clase media enrojecen y me arden. Siguiente mesa, los riñones comienzan a resentirse. Siguiente mesa, cambio la posicion de los brazos para forzar otros musculos menos jodidos.Por fin dan las seis.
Somos libres.
Echo un ultimo vistazo a todas las mesas que nos quedan para mañana. Salgo corriendo. Cuando llego a casa me pego un baño con musica de fondo. Acabo de cenar y la luna es una sonrisa de gato Cheesesire en el cielo. Escribo esto con practicamente un pie en la cama y la cabeza en otro sitio. Mañana mesas, mesas, mesas.

Proximamente:
-Fotos de "La cuesta" (dedicado a Fag)
-Dedicatoria a mis compañeros de piso-
Mis experiencias como donante de semen.