Mejor que los adultos

No me repitas
que esto es necesario,
ya lo se.

Ya lo sabía incluso antes de todo.
Cuando algo en las tardes de invierno
hacía que mereciese la pena
el frío.
Cuando la boca planeaba
futuros alternativos
perdidos por
el camino.
Cuando jugábamos a pensar
que seríamos mejor que los adultos,
que nunca meteríamos
la cabeza en la soga.

Y
aquí
estamos,
la cuerda
roza mis orejas
y su tacto
me hace estremecer
Pero no se bien
para donde ir para evitar
que agarre
mi cuello.

Creo que haga lo que haga,
acabaré entrando y eso me
paraliza
hasta el punto de volverme loco
y querer
llorar.

Con la burda excusa
de no asustarnos
no se nos aviso
de lo que nos tocaría
beber,
se nos animaba a seguir
con preguntas entupidas
sobre nuestro porvenir,
con acotaciones
morales sobre
los pilares de
nuestro
futuro.

Ahora esa agua
me produce
nauseas
y quiero
escupirla
pero no puedo,
siento que si lo hiciese
me quedaría
solo,
así que la mantengo
en la boca
hasta el momento
en el que me resigne
y
trague.