Despertó en un mar de visceras, al principio no recordó nada, luego supo que sucedía, alli estaban todos aquellos a los que habia considerado sus enemigos. Un olor fuerte inundaba la habitación. Notaba los brazos tan cansados que parecían muertos, se giró como pudo para contemplar la escena. Nada paso por su cabeza, solo comprobó algo que ya sabia. Ahora el problema se habia reducido a un montón de fantasmas a los que se cargaria con la ayuda del tiempo.
Estaba cansado
Se recosto haciendo un hueco entre los cadaveres donde se habia despertado y durmió. El odio habia desaparecido al fin, ahora no quedaba nada. Sólo una leve sonrisa inconsciente sin sueños.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
jajajaja que conste que yo empecé matando y sigo matando, no es que vaya a más. A lo mejor si te esperas a esta noche, que cervecee bien, sale otra cosa...soy de las que le da por el amor etílico (aunque no suelo querer a todo el mundo, sino que se intensifica hacia quienes lo haga normalmente)
tú estás en paz, sí, pero sobre una pila de cadáveres, monin ^^
Y al final del odio, la paz.
Es un mensaje peligroso si se extrapola a conflictos bélicos por ejemplo, pero no niego que tiene parte de verdad.
Esto se va acabando
Salud
vaya... parece que somos unos cuantos con claras tendencias psicopáticas...
jejeje
boh, he tenido que hacer un alto, estoy petao -entrenos, partidos, etc... ¿quién coño me mandaría meterme en este embolao?
en fin, buenísimo texto, mañana subo uno de despedida ;)
un abrazo
Publicar un comentario